martes, 28 de junio de 2011

Capítulo dos.

 Aquí el capítulo dos, ¡esperamos que os guste! :33
Patricia & Mercedes.

Carolina cuando salió del baño no vio a los tres chicos de antes. Quería pedir perdón al del portazo, pero como no estaban y suponía que no les iba a volver a ver, se encogió de hombros y se dirigió donde María y Ale estaban.
Ale: Ey, has tardado un poco.
Carolina: Ah sí bueno, tenía muchas ganas. Hasta he dado un tortazo a un chico y no le he pedido perdón porque me estaba meando y he pasado de él… Ahora me siento culpable.
María: Ya no puedes hacer nada para cambiar lo que has hecho.
Carolina: Gracias por animarme un poco más – Dijo con un tono de ironía.
María: De nada.
Anduvieron hasta llegar a la salida del aeropuerto para coger un taxi.
Londres era precioso. Era por la tarde, había un poco de viento, y el sol en poco se iba a poner. El cielo estaba encapotado y olía todo a humedad. Olía a Londres.
Ale silbó a un taxi y éste se acercó. El taxista las ayudó a poner las maletas en el maletero y se subieron al coche. Ale sacó el papel donde sus padres habían apuntado la dirección de su futura casa y se lo tendió al taxista. Él la miró extrañado, pero no comentó nada al respecto.
Ale: Pues el chico era muy majo.
Carol: ¿Quién?
Ale: El de las maletas, se llamaba Tom.
Carol: ¿A sí?
Ale: Sí.
María: Venía con sus amigos de un viaje de no sé donde. Dice que viven un poco lejos del aeropuerto, pero viven en Londres.
Carol: ¿Y no os ha dicho exactamente dónde? Si queréis podemos ir a verles, si decís que es tan majo…
Ale: No, no nos ha especificado nada…
María: La verdad, he notado que nos miraba raro cuando nos ha dicho su nombre. A lo mejor se esperaba algo de nosotras…
Carolina rodó los ojos.
Durante el camino no volvieron a decir nada. Observaron el paisaje calladas. Llegaron a Londres, y después de salir de la ciudad, todavía seguían en el taxi.
María: Perdone, ¿queda mucho?
Taxista: Menos de diez minutos, el destino está un poco alejado del centro de la ciudad.
María suspiró aliviada. Llevaban bastante ahí metidas sin hacer nada.
En poco, llegaron a la casa. Se bajaron del taxi y contemplaron la casa asombradas. Era grande, blanca y no estaba en mal estado. La puerta principal no daba a la calle, supusieron que estaba por uno de los lados o por detrás.
Cogieron las maletas del maletero, pagaron al taxista y tras un rato, ninguna de las tres hicieron movimiento alguno. Estaban observando todavía la preciosa casa de muchas ventanas, situada en la nada, con el paisaje más precioso del mundo.
Pasaron la valla blanca que rodeaba la casa y Ale fue por la derecha para buscar la puerta y Carolina y María por la izquierda.
Ale dio unos pasos y encontró de nuevo una puerta de la valla blanca. La abrió con sumo cuidado para no hacer ruido. Había oído algo. Eran los acordes de una guitarra. Avanzó un poco más y pudo distinguir una sombra de alguien tocando la guitarra, sentado en las escaleras de un porche. Ale se acercó más y se escondió tras un árbol. Pudo verle la cara. Era un chico guapo, de pelo alisado. Tenía una voz preciosa. El chico paró un momento, pensó y luego se puso a tocar otra canción. Una preciosa.

One by one,
dreams are gone,
do I have to stay?
Hate the sound
of one more pound
As it rolls away
Why did I need your proof,
when I knew the truth?

And I don´t know why
I just let slip by
Me all the time
I just wish you had tried

I don´t want to know your game
Let alone her name
No matter what you say to me
We are not the same
Why do you make me cry
and try to justify?
Don´t right your wrong with my mistakes
'Cause my head´s held high

And I don´t know why
I just let slip by
Me all the time
I just wish you had tried

El chico paró de tocar y cantar y se giró hacia donde Ale estaba, había pisado algo y le había distraído. Ale miró bajo sus pies y vio unas gafas de sol rotas. El chico dejó la guitarra en la mesa del porche con sumo cuidado y se dirigió enfurecido hacia Ale.
Carolina y María encontraron la entrada principal de la casa.
María: ¿Tienes tú las llaves?
Carol: Sí, espera, Ale me dio una copia el otro día.
Carolina sacó la copia del bolsillo de su pantalón y la introdujo en la cerradura.
Carol: No va – Dijo volviéndolo a intentar.
María: Trae.
Cogió la llave, la introdujo de nuevo y giró. Clack. Abierta.
María: No va.
Carol: ¡Pero la acabas de abrir!
María: No, si abierta está. Me refiero a que la puerta está atrancada.
Carol: Espera que voy, quita.
Dejó su maleta a un lado, cogió carrerilla y con el hombro dio un portazo a la puerta.
: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH JODER HOSTIA!
Carolina había vuelto a dar a alguien en la nariz.

sábado, 25 de junio de 2011

Capítulo uno.

Bueno, este es el primer capítulo y esperamos que os guste. Hemos tardado un poco en hacerlo, pero hemos disfrutado escribiéndolo. Bueno, pues eso, a leer :3
Patricia & Mercedes.

Verano de 2005-
Carolina se despertó lentamente, aturdida por el ruido del despertador.  Se quitó las sábanas de encima y abrió las cortinas. Esa noche había hecho mucho calor y estaba pegajosa, por lo que decidió darse una ducha rápida. Después de salir del baño, cogió algo sencillo para ponerse. Iba a ser un día largo y cansino. Mientras bajaba las escaleras a por algo de comer para saciar su hambre, su móvil sonó.
Carolina: Dime petarda.
María: ¿Estás ya preparada?
Carolina: Sí, solo tengo que desayunar algo y cogeré un taxi para el aeropuerto. Nos vemos allí. ¿Está Ale preparada?
María: Mmm, no la he llamado, seguro que duerme.
Carolina – suspiró –: Llámala tú anda, y rápido, ya salgo para el aeropuerto – Y colgó.
Hoy, Carolina, María y Ale, iban a coger un avión hacia Londres. En el pasado cumpleaños de Ale, sus padres le habían regalado una casa allí para pasar las vacaciones y eso es exactamente lo que iban a hacer: abandonar un verano Essex, para pasarlo en Londres.
Carolina cogió un paquete de galletas, su maleta que estaba en el salón y se despidió de sus padres.
Madre: Pásatelo bien cariño. Y no olvides llamarme cuando llegues.
Carolina asintió rodando los ojos y cerró la puerta tras sí.
María después de haber colgado a Carolina, llamó a Ale.
Ale: ¿Quééééééééééééééééééééééééééééééééé pedazo de monstruo? ¿Qué haces llamando a estas horas?
María: ALEJANDRA COOK, ¡DESPIERTA COJONES!
Ale: Voy, voy, ya sé que hoy nos tenemos que ir, pero déjame dormir un poco más…
María: No, no te dejo. Vete vistiéndote ya que voy a tu casa a recogerte. Carol va ya al aeropuerto en un taxi.
Ale:  Vale ya me levanto… - Y colgó dejando oír un suspiro brusco.
Carolina cuando llegó se sentó en uno de los asientos y se limitó a observar a la gente. Tras un rato, vio a dos figuras correr a toda velocidad. Cuando llegaron al sitio donde ella se encontraba, se sentaron jadeando.
Ale: ¿Llegamos muy tarde?
Carol: No, solo cuarenta y cinco minutos tarde, pero el avión no ha salido todavía.
María: HA-HA-HA – Rió irónicamente.
Se sentaron y esperaron hasta que les avisaran a qué terminal ir. Cuando lo hicieron, fueron hacia el avión. Se sentaron las tres juntas y comenzaron a hablar animadamente sobre qué iban a hacer este verano. Al rato, Carolina se quedó dormida, María pidió a la azafata algo de comer y Ale sacó sus cascos y se puso a escuchar música.
Ale: Despertar... - Dijo a María y Carolina dándolas suavemente en el brazo - ¡Ya hemos llegado!
Bajaron rápidamente del avión directas hacia las maletas. Esperaron hasta que por la cinta aparecieron sus maletas.
Carolina y María cogieron sus respectivas maletas y cuando Ale fue a coger la suya, otra mano se lo impidió.
...: Perdona, pero esta maleta creo que es mía.
Ale: No, hahaha, creo que es mía... - Levantó la mirada y vio a un chico rubio, de ojos marrones y con un hoyuelo muy gracioso. Sonreía todavía sin soltar la maleta.
...: Creo que lo mejor será mirar el interior... - Rió.
Ale: Ya pero si es mía, ¿qué crees que te vas a encontrar?
El desconocido se sonrojó y soltó la maleta.
...: Míralo tú entonces...
Ale suspirando sabiendo que la maleta era suya, la abrió y sacó una camiseta de Star Wars.
Carolina: ¿Tú llevarías esa frikada?
...: Lo creas o no, me encanta Star Wars y es mía.
Carolina: Bueno, saca otra cosa, porque tú Ale, anda que llevar camisetas con talla de chico...
Él esta vez fue quién abrió la maleta, rebuscó un poco y, sonrojado otra vez, la cerró rápidamente.
...: E-eh creo que s-sí, e-es tu-tu-tuya... Yo no-no utilizo sujeta-tadores...
Ahora era Ale la que se moría de vergüenza. María se descojonó y mientras, veías a Carolina meándose. Pero no de la risa, así que se disculpó rápidamente y se fue corriendo al baño.
...: Bueno, eh, me presento. Soy Tom - Dijo sonriendo, dejando de nuevo ver su hoyuelo.
Ale: Yo soy Alejandra, pero llámame Ale. Ésta es María - Dijo señalándola con la cabeza - Y la del baño, Carolina.
Tom: Encantado - Dijo dando dos besos a las dos - Y perdón por lo de la maleta - Dijo cogiendo su verdadera maleta que se acercaba en la cinta - Son iguales.
Mientras, Carolina, fue esquivando a la gente. Cuando llegó a los aseos, no se dio cuenta en qué baño se metía y entró en el de chicos, dándole a una persona que había dentro en todos los morros.
...: ¡Ay hostia! - Dijo un chico frotándose la nariz. Era de pelo oscuro, teñido, era de ojos azules y tenía un piercing en el labio - Ten más cuida... - No terminó la frase al ver a Carolina. Su cara era un cuadro.
...: El baño de tías está ahí enfrente - Dijo un chico alto, moreno con mechas rubias y de ojos azul intenso.
Carolina no respondió ni les hizo caso, directamente sin pensárselo dos veces entró en el de chicos porque se estaba meando.
...: Joder qué tía más subnormal - Dijo el chico del portazo.
...: Pues está buena - Dijo un chico de pelo liso, moreno y también ojos azules grisáceos.
Los otros dos le miraron raro, pero luego el segundo chico, el de las mechas, asintió como si fuese obvio. El del portazo no dijo nada, le dolía mucho y le había molestado que no le hubiesen pedido perdón.

Personajes

Carolina: Carolina tiene diecisiete años, es pelirroja/rubia, con pecas y ojos azules. Es de mediana estatura y le encanta dibujar. Suele ser borde a veces y tímida, pero cuando conoce a alguien desde hace mucho, puede ser muy atrevida y pervertida. Su ciudad preferida es Berlín, Alemania, y su sueño de vida es vivir en Alemania como arquitecta profesional mundialmente conocida.
Alejandra: Alejandra, o Ale, tiene dieciocho años. Es de pelo castaño, ojos color abellana y es de mediana estatura, aunque un poco más alta que Carolina. Está loca y es un weirdo. También es una friki, se enamora de los ojos bonitos y está obsesionada con Londres. Toca la guitarra y el piano. Pervertida a más no poder.
María: María es de dieciocho años, pelo castaño y es de ojos verdes. También tiene pecas y no es ni muy alta, ni muy baja; es normal. Come mucho y aun así está delgada, no engorda. Toca la batería y le gusta mucho el deporte.
Y los McGuys, que creemos que no hace falta dar ninguna descripción al respecto.
P.D.: Irán apareciendo más personajes durante el fic.