domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo siete.

Tom se despertó el primero, al parecer era bastante madrugador. Antes de bajar a preparar el desayuno, como hacía frío, buscó el jersey que la noche anterior había dejado allí, pero no estaba. Decidió no pensar en qué le podría haber pasado y se puso la bata.
Mientras bajaba las escaleras, se tropezó con algo, una chaqueta. Una chaqueta de Dougie. Venga, vamos a dejar todo en el suelo. El golpe fue fuerte y ruidoso, tanto como para despertar a María.
María: Tom, ¿estás bien? – dijo saliendo de la habitación de invitados y tendiéndole la mano. Él se levantó con su ayuda.
Tom: Sí, gracias – dijo sacudiéndose el culo como si se hubiese manchado de barro o algo así -. Si no dejasen las cosas tiradas por el suelo… - dijo abriendo despacio la puerta de la habitación de Dougie y tirando en su interior la chaqueta.
María: ¡Vaya, sí que eres madrugador!
Tom se lo tomó como un cumplido y bajaron animados a preparar el desayuno. Pusieron la mesa, y Tom se había levantado con el capricho de tortitas así que… ¿para qué impedírselo con lo ricas que estaban?
La nevera no estaba muy vacía, pero no tenía suficiente comida como para alimentar a siete todos los días, así que ya harían la compra en otro momento. Una cosa que había que anotar, era que la nevera estaba llena de “Marmite”, según Tom, la favorita de Harry. [A ver, vamos a aclarar una cosa. La “Marmite” es un concentrado, como un sirope, de levadura de cerveza… ¿oc? La gente lo confunde con mermelada(?) POS ESO.]
María: ¿No se suponía que Danny dormía en el sofá? – dijo volviendo del salón con el ceño fruncido.
Tom: A saber dónde está.
El olor a tortitas recién hechas habían despertado a todos excepto a las dos marmotas de la casa: Ale y Danny, cómo no.
Dougie entró por la puerta de la cocina después que Harry, y exhibió la chaqueta que llevaba.
Dougie: Eh, mirad lo que me he encontrado – dijo paseándose por toda la cocina -. No sabía dónde estaba.
Tom: Estaba debajo de mis pies ayudando a que me cayera cuando he bajado las escaleras.
Dougie: Bueno, pero a que mola ¿eh?
En ese momento sonaron unas tripas, las de Carolina.
Carol: Creo que no me encuentro muy bien… - dijo poniéndose la mano sobre la tripa.
María: ¿Qué te pasa? – todos se inclinaron hacia ella.
Dougie, que tenía calor, se quitó la chaqueta y la puso sobre su silla.
Carol: Creo que voy a vomitar… - y así lo hizo. Pero no en el suelo, no, sobre la chaqueta.
Todos: AAGH.
Dougie: QUÉ-AS-CO – dijo cogiéndola por la manga que no estaba manchada -. Era cara ¿sabes?
Carol: Lo-lo sien… - volvió a vomitar, ésta vez sobre los zapatos de todos.
María: Creo que será mejor que te acompañe al baño… Hoy creo que te quedarás en la cama… - cogió una servilleta y se limpió sus zapatillas.

Ya eran más o menos las doce, todos se habían ido a dar una vuelta por ahí, excepto Carolina, que estaba en la cama, y Ale, que no le apetecía mucho salir.
Tom había dicho que había quedado con Giovanna, y que luego cuando volviesen, se la presentaría a las chicas. Decía que era su novia, y que era muy agradable y maja.
Ale se aburría un poco, así que decidió cotillear lo que tenía Danny en la habitación, ya que no lo había movido de ahí por no tener otro lugar donde moverlo.
El tema de que todos hubiesen encontrado a Ale durmiendo encima de Danny, había sido muy incómodo. Todos se habían pensado lo que no era, y además ¿cómo iba a pasar si se llevaban mal? Eran todos unos malpensados.
Apoyada sobre la pared, al lado de la cama, había una guitarra en su funda. Decidió abrirla para tocar algo.
Empezó a tocar una canción que ella misma había compuesto. No tenía letra, y aparte ella lo de cantar… como que no. Así que simplemente tocó.
Estuvo un buen rato así, y no se dio cuenta de que Dougie había vuelto a casa porque no le apetecía salir más, y que estaba apunto de entrar en la habitación.
Dougie: ¡¿QUÉ HACES?! – dijo dando un portazo.
Ale se asustó, y como Dougie le había mirado como si estuviese pecando, soltó la guitarra al suelo. Y por casi la rompe, la había arañado por el mástil y había varios golpes en la caja.
Ale: Yo… lo siento.
Dougie: Como se entere Danny de esto… te la vas a llevar pero bien llevada.
Carol: ¿Qué ha pasado aquí? – dijo apareciendo por la puerta, con una voz ronca y cansada, frotándose los ojos - ¡¿Qué has hecho Ale?! ¡¿Esa no es la guitarra de Danny?!
Cuando apareció Carolina, Dougie se puso un poco nervioso, Ale lo notó.
Ale: Sí, lo es, pero no te preocupes que ya la arreglaré y eso… sin que se de cuenta… vuelve a tu cama, anda.
Como Carolina no se iba, Ale prosiguió hablando.
Ale: ¿Qué hago, qué hago? – dijo llevándose las manos a la cabeza.
Dougie: A mí no me metas en esto…
Ale: Gracias, hombre – dijo recogiéndola del suelo con cuidado -. Le tendré que compr…
Tom y Harry: ¡HOOOOOOOOOOLA! ¡Ya estamos aquí!
Ale: Oh mierda mierda mierda, ayúdame a esconderla.
Cerraron la puerta con pestillo y buscaron indecisos dónde esconderla, pero no encontraron sitio.
Carolina: Debajo de la cama, debajo de la cama – dijo en un susurro, señalando la cama.
Se oían unos pasos subir las escaleras. Era Danny.
Danny: ¿Doug? ¿Qué haces? – dijo llamando a la puerta de la habitación – Doug abre la puerta. ¿Con quién estás?
Desde fuera de la habitación, se oían muchos murmullos.
Harry: ¿Qué pasa ahí dentro? – dijo llamando - ¿Alejandra?
[Lo que dice ahora Ale es tipo los Simpson, no sé si habéis visto un capítulo en el que van a un restaurante italiano y el cocinero dice todo el rato: ‘Síiiiiii, síiiiiiiiiiiii’ de una forma rara… Bah.]
Ale: ¿Síiiiiiiiii? – dijo apareciendo rapidísimo por la puerta y cerrándola detrás suya.
Harry: ¿Qué ocultas Ale? – intentó pasar, pero ella se movía a cada lado que él iba, impidiéndole pasar, y siempre con la mano en el picaporte.
Danny: ALEJANDRA, DÉJAME PASAR YA – se estaba cabreando.
Ella negó con la cabeza. Entonces, dentro de la habitación, se oyó un tremendo escándalo, y algo grande y pesado se cayó al suelo, con un ruido muy fuerte, y luego alguien soltó un:
: Auch.

Gio: Encantada de conoceros – dijo después de haber dado un beso a todas las chicas.
María: Qué maja – susurró a Carolina en el oído. Ella asintió, sonriendo.
Tom: ¿Os apetece bien ir a comer a un italiano?
A todos les parecía bien, por lo que se arreglaron algo, y se repartieron en dos coches, en el de Tom y en el de Harry.
Ale, que iba en el de Harry junto con Dougie y María, preguntó a Doug:
Ale: ¿Estás bien?
Dougie: NO. No sabes lo que es que se te caiga una estantería encima ¿verdad? Y todo por culpa de Carolina…
María: Bueno, no te lo tomes así hombre.
Según había explicado Carolina, “intentaba esconderme detrás de la estantería y Dougie simplemente se quedó en medio, yo me moví, moví la estantería entera y se calló, del todo mi culpa no ha sido”, es lo que había dicho trayendo un hielo a Dougie para la cabeza.
Llegaron al restaurante, pidieron mesa y comenzaron una entretenida charla, todos juntos.
Hubo un momento, que fue un poco incómodo, no sabía María cómo había llegado hasta ese punto, pero preguntó:
María: ¿Y tú Harry, tienes novia? – al instante, se arrepintió de haberlo preguntado.
Ya que ni Harry ni Danny ni Dougie respondían, Tom les explicó que no, que estaban libres. No sin antes mirar de una forma rara a María, al igual que Ale y Carolina. María pasó mucha vergüenza.

2 comentarios:

  1. ASDFGHKKJHGFDSSASSDSFGH GUSSSSSSSSSSSSSSSTA.
    Subid mas anda, cuquis :3

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  2. Paaaatri (: Soy Patt212 vale? es la primera vez que comento, pero comentaré más veces.
    Pues eso, que está genial, bueno, ya sé que lo hacéis entre dos, así que eso, que subáis pronto, que me encanta *______*

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